Maestría en Educación
La Necesidad de una Nueva Formación
“Solamente el diálogo, que implica el pensar crítico, es capaz de generarlo. Sin él no hay comunicación y sin ésta, no hay verdadera educación".- Paulo Freire
La educación en el siglo XXI, se ha convertido en un gran reto, con grandes cuestionamientos y posiciones que motivan y enriquecen el actuar. Hoy el medio educativo conlleva grandes preguntas y requiere de nuevas respuestas, que sólo aquel con vocación al servicio educativo podrá responder.
¿Por qué estudiar una maestría en educación? ¿Qué implica el estudio? ¿Merece el tiempo y el dinero invertido? Son sólo algunas de las preguntas que pueden surgir al momento de querer iniciar un nuevo proceso de estudio. Dichos cuestionamientos, nos limitan a tomar una decisión y lo importante no es la pregunta, sino tu respuesta. Ante la realidad actual, ser docente, es ser capaz de dirigir la mirada y acompañar a aquellos que lo necesitan, sin importar tu profesión formativa de licenciatura.
El nuevo grado de estudios provee de grandes aprendizajes: formarte como investigador, la aplicación de nuevos procesos, la propia superación personal, herramientas y diseño didáctico, la especialización en el área educativa y por supuesto la ampliación de tu currículum que traerá consigo nuevas oportunidades, aprenderás a diseñar, planear y desarrollar modelos educativos que contribuyan al desarrollo social.
Además de lo anterior, podemos observar que la educación no sólo es para las escuelas, sino que las empresas también requieren de gente preparada en esta área, en la que se fomente el desarrollo de planes educativos para los operadores y hasta los directivos. Hoy, las grandes empresas benchmark, tienen como sistema prioritario el desarrollo formativo de las personas.
La sociedad actual requiere de grandes líderes que generen la idea de un mundo distinto, uno en el que el liderazgo que desarrollarás promoverá la formación de niños, adolescentes, jóvenes o adultos que también quieran transformar su realidad y que sean capaces de superarse a sí mismos.
La fuerza del maestro en educación, permite el desarrollo de nuevas maneras de emprender tu propio futuro y el de los otros; sabiendo que el tiempo invertido en el estudio y la propia formación son sólo el medio para configurar un nuevo aprendizaje, con solidez, con un acompañamiento de parte de tus nuevos profesores que dignifique la propia profesión y posibilite el desarrollo de una mirada comprometida por el trabajo de todos.
Así es como la pregunta tendrá sentido, ¿vale la pena estudiar la maestría en educación? Y la respuesta no es única… valdrá la pena si quieres acompañar un mundo nuevo para todos, valdrá la pena si deseas transformar la realidad hacia un mundo en el que todo lo que soñamos sea posible, valdrá la pena si reconocemos que la propia formación construye al alumno que pase por nuestras aulas sin importar la edad.
La magia comienza cuando se cierra el aula de clase, cuando esto se realiza los sueños se convierten en metas, los objetivos se cumplen y las ilusiones se concretan.