Psicología
La Psicología ¿para qué?
La palabra psicología es de origen griego, se puede entender como psique= alma y logia= estudio de, es decir, estudio del alma. Es complejo pensar que se puede estudiar el alma, ya que no posee unidades que puedan medirse, cuantificarse o comprobarse, no obstante, hay fenómenos que son inconmensurables, como el amor, la felicidad, la decepción, la esperanza, que nos hacen dar cuenta de que hay algo que no se puede medir, pero tampoco se puede negar, y que es parte de la sociedad y las personas.
Un posible registro de que existe el alma puede encontrarse en los sentimientos que son expresados de diversas formas, en las más cotidianas como un abrazo, un hola ¿cómo estás? o un ceño fruncido, pero también en el arte, en el baile y en la arquitectura, en una plática entre personas o en un día pesado de trabajo, los sentimientos están en la sociedad y la sociedad está en los sentimientos. Por esta razón la psicología puede entenderse como el estudio de lo que la sociedad piensa y lo que la sociedad siente cuando piensa, ya sea individual o colectivamente.
Con lo anterior se puede plantear la pregunta ¿por qué estudiar lo que siente y piensa la sociedad? y una de muchas respuestas posibles, es que, si la sociedad estudia sus sentimientos y pensamientos puede contribuir a entenderse a si misma, y darse cuenta de los procesos históricos, sociales, políticos, económicos, anímicos, que generan las condiciones sociales actuales y buscar transformaciones encausadas a una vida más digna, más libre, más autónoma. Es por estas razones que los y las psicólogas estudian y aprenden a intervenir, estudian para generar cambios sociales que permitan desarrollar una vida más plena, en nivel individual y comunitario, aprenden a intervenir profesionalmente para saber acompañar los procesos de transformación, con la responsabilidad que implica trabajar con personas y pueblos que sufren o que buscan afrontar las vicisitudes de sus vidas.
Así, la formación en psicología exige una articulación de tres elementos fundamentales, el primero es el epistemológico, que consiste en la formación teórica y metodológica, el segundo es el ético, que atañe a lo que profesionalmente se hace o no se hace con el saber adquirido, y tercero el aspecto político, que está en relación con el impacto social de las intervenciones a nivel individual y colectivo de la práctica de la psicología. Por lo tanto, es posible entender la formación de los y las psicólogas, como un saber que permite ser sensible a las realidades, además de comprender la sociedad con una perspectiva analítica y crítica, con la intención de intervenir en la realidad con responsabilidad y compromiso, siempre buscando el bienestar y la mejora de las condiciones materiales y afectivas de las personas.
Las comunidades, agrupaciones e individuos, necesitan acompañamiento en determinados momentos de la vida, ya que es imposible afrontar los procesos sociales desde la soledad absoluta, puesto que pueden devenir en un sufrimiento profundo. Un soporte y acompañamiento psicológico profesional es fundamental para que se generen formas de sostener y enfrentar una realidad que puede resultar en ocasiones dolorosa, traumática, angustiante o insostenible, es por eso que la psicología tiene una gran relevancia y pertinencia en la vida social. En suma, es por lo anterior que el estudio del alma es necesario e importante en las sociedades.