

Psicología
Ver y contemplar - La psicología como contemplación
Es común escuchar que todo se ve, aunque no pueda verse, el lenguaje cotidiano puede dar muestra de esta afirmación cuando se escuchan frases como: “ya vi cómo se escucha”, “ya vi que sí duele”, “¿Puedes ver a que sabe?”. Parece que nuestra sociedad ha jerarquizado los sentidos poniendo a la vista por encima de todos, ya que nos sirve hasta para comprobar “ver para creer” dicen las personas incrédulas, aunque lo que se tenga que comprobar sea la fragancia de un perfume.
Así la vista es una forma común de percibir la realidad, la vista huele, siente, sabe. Después de todo, la vista puede pensarse como un sentido de la percepción que sale del cuerpo y va por donde las personas la lleven y tiene como finalidad conocer lo que llamamos realidad.
Sin embargo, en nuestras realidades los estímulos visuales son cada vez más rápidos, ya no se resiste ver un video de más de un minuto, no se resiste leer una frase de más de veinte palabras, la vista es cada vez más fugaz, lo que la hace más superficial, podría pensarse que por esa razón el Facebook, Instagram o Tik-Tok tengan tanto éxito, pues se basan en la hiperproducción de imágenes diseñadas para durar segundos, una tras otra tras otra, es tan superficial que al final de dos horas de internet se tiene la sensación de que se vio mucho pero se quedó nada, y así va siendo también la vida, la vida veloz.
Una sociedad que produce miradas superficiales, genera, al mismo tiempo, una sociedad que sólo sabe ver los superficial de sí misma, la velocidad de las imágenes hace una sociedad de la velocidad, y por eso todas las personas hoy tienen prisa, van veloces, para ir al trabajo, para divertirse, o para ver el siguiente tik-tok, para que el semáforo se ponga en verde, para que sea viernes. En una sociedad de la velocidad nunca alcanza el tiempo para hacer lo que se quiere, y ante tal situación aparece el estrés, ansiedad, o el malestar.
No obstante, hay una propuesta, que es pasar de la sociedad fugaz a la sociedad de la contemplación lenta. La contemplación lenta es detenerse en lo que se ve, y cuando las personas pueden detenerse a ver lo que antes era veloz encuentran detalles, si ponen más atención aparecen preguntas, se crean dudas. La contemplación hace que las personas pasen de una superficial percepción a la profundidad del pensamiento, la contemplación es pensar la realidad.
Cuando algo se contempla, no solamente se ve, sino que se piensa, y si se piensa se siente, y hay una actividad mayor de una conjunción entre los sentidos, el pensamiento y sentimiento, la contemplación abre la posibilidad de pensar la realidad para poder comprenderla, y solamente cuando la realidad es comprendida puede transformarse.
Una sociedad que no contemplan su realidad no podrá transformarse, las personas que contemplan generan la posibilidad de una sociedad distinta, en lo general de las muchedumbres, pero también en lo más particular como la familia, la pareja, la persona misma. Parece que la psicología tendría que ser, entonces, una psicología de la contemplación, una psicología que genere metodologías, dispositivos, herramientas para que la sociedad se contemple a sí misma, se entienda, y pase de la superficialidad de la percepción a la profundidad del pensamiento, una psicología que pase de la fugacidad visual a la reflexión afectiva, una psicología para comenzar a contemplar lo que antes era invisible.